En un giro fascinante hacia el futuro de la ciencia de materiales, el Premio Nobel de Química de este año ha sido otorgado a tres investigadores visionarios: Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar M. Yaghi. Estos científicos han desarrollado una nueva clase de materiales llamados entramados metal-orgánicos (MOF), que poseen la asombrosa capacidad de capturar, almacenar y transformar moléculas a escala atómica. Esta innovación no solo representa un avance notable en la química de materiales, sino que también proporciona soluciones viables a problemas globales actuales como el cambio climático, la escasez de agua y la transición hacia fuentes de energía más limpias.
Los MOF se caracterizan por ser redes tridimensionales formadas por nodos metálicos interconectados por moléculas orgánicas. Esta combinación da lugar a una estructura cristalina extremadamente porosa, donde hasta el 90 % de su volumen puede estar vacío. Para poner esto en perspectiva, un solo gramo de MOF puede ofrecer una superficie interna comparable a la de un campo de fútbol, lo que los convierte en candidatos ideales para diversas aplicaciones. Gracias a la química reticular, los investigadores pueden diseñar estas estructuras a medida, permitiendo ajustar el tamaño y la forma de los poros y la química de las paredes internas, lo que resulta en un material altamente versátil.“},{










