Juegos Mejorados: Un Debate Sobre el Dopaje Deportivo

En mayo de 2026, la ciudad de Las Vegas acogerá una de las citas deportivas más controvertidas de la historia: los Juegos Mejorados, donde se ...
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En mayo de 2026, la ciudad de Las Vegas acogerá una de las citas deportivas más controvertidas de la historia: los Juegos Mejorados, donde se permitirá el uso de sustancias dopantes bajo un estricto control médico. En este evento, los atletas competirán en diversas disciplinas como natación, atletismo y halterofilia, y la organización argumenta que esta práctica es segura debido a la supervisión médica que se implementará. Sin embargo, esta propuesta ha despertado una fuerte condena entre las organizaciones deportivas y de salud a nivel mundial.

Las reacciones de instituciones como la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el Comité Olímpico Internacional (COI) son contundentes. Ambas entidades han calificado los Juegos Mejorados como un acto irresponsable que pone en riesgo la salud de los atletas y la integridad del deporte. La AMA ha asegurado que participar en este evento violaría las normas antidopaje, lo que marcaría a los atletas con una estigmatización permanente. Por su parte, la comisión atlética del COI afirma que estos juegos traicionan los principios y valores fundamentales del deporte, abriendo un debate sobre la ética en la competición deportiva.

El uso de sustancias dopantes no es solo un tema de competencia, sino de salud. Investigaciones han mostrado que los esteroides anabólicos androgénicos (EAA) pueden provocar efectos adversos graves, como problemas cardiovasculares y cambios psicológicos severos. Estos incluyen desde agresividad y dependencia, hasta trastornos alimentarios. Si bien la supervisión médica se presenta como un mecanismo de seguridad, los estudios científicos indican que los riesgos no desaparecen, lo que genera un escenario alarmante si se normaliza esta práctica en el ámbito deportivo, especialmente entre jóvenes atletas.

Frente a la posibilidad del dopaje controlado, los hallazgos científicos son claros: no existe evidencia que respalde la idea de que el uso de sustancias dopantes, incluso bajo supervisión médica, pueda ser privado de riesgos a largo plazo. La AMA ha revelado que a pesar de los esfuerzos por reducir las prácticas de dopaje, los datos de 2023 indican que un 0,96 % de los controles realizados resultan positivos, lo que sugiere que erradicar por completo el dopaje en el deporte es prácticamente imposible. Esto plantea interrogantes sobre la eficacia de las políticas actuales y la necesidad de encontrar nuevos enfoques para abordar el problema.

Para enfrentar estas dificultades, la AMA está implementando diversas estrategias de prevención y detección. A través de programas educativos dirigidos a atletas y el desarrollo de herramientas como el ‘pasaporte biológico’, que monitorea variables biológicas para detectar el uso de sustancias prohibidas, se busca crear un entorno deportivo más limpio. Además, se están organizando conferencias para discutir el futuro del Código Mundial Antidopaje, previsto para entrar en vigor en 2027, lo que destaca la relevancia de este asunto en la agenda global del deporte.

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