Los fósiles, considerados como archivos valiosos del pasado, ofrecen una asombrosa ventana hacia la vida de seres vivos que habitaron la Tierra hace miles y millones de años. Estos restos pueden revelar información crucial sobre la evolución de diversas especies, además de proporcionar vislumbres de los climas y entornos que existieron en épocas pasadas. A medida que los científicos investigan estos vestigios, se hace evidente que los fósiles no solo conservan la historia biológica, sino también pistas sobre la dieta y los patrones migratorios de especies antiguas, incluyendo a nuestros propios antepasados. Sin embargo, el estudio de estos fósiles presenta desafíos significativos, especialmente ante la fragilidad de las muestras que se conservan por la historia geológica que han atravesado.
La microtomografía computarizada, o micro-CT, emerge como una técnica comúnmente utilizada para el análisis de fósiles, permitiendo a los investigadores obtener imágenes tridimensionales de alta resolución sin necesidad de dañar las muestras. Esta metodología es análoga a la utilizada en medicina, donde se emplean tomografías para examinar el interior del cuerpo humano. Su implementación ha revolucionado el campo de la paleontología, brindando la posibilidad de explorar estructuras interiores y crear copias virtuales de los fósiles, facilitando su conservación para futuras generaciones. Sin embargo, un nuevo estudio ha lanzado alertas sobre potenciales efectos secundarios de esta tecnología, sugiriendo que el uso de micro-CT podría borrar información crítica de los fósiles, desafiando la idea de que este proceso es completamente no destructivo.
La frágil naturaleza de los fósiles demanda un manejo cuidadoso por parte de los científicos, quienes están constantemente evaluando los métodos para minimizar el daño en estas muestras irremplazables. A través de la microtomografía computarizada, los paleontólogos pueden escanear especímenes sin tener que cortarlos, acceso que les permite estudiar y preservar fósiles. Sin embargo, el estudio reciente revela que, aunque la técnica ofrece soluciones innovadoras, también conlleva la posibilidad de alterar la integridad de los fósiles a nivel microscópico, lo que puede conducir a pérdidas irreparables de información valiosa que podría estar contenida en su estructura interna.
Durante la investigación, los científicos llevaron a cabo escaneos de dientes y huesos, tanto fósiles como modernos, midiendo su contenido de colágeno antes y después del proceso de micro-CT. Los resultados fueron alarmantes: a pesar de que las fechas de radiocarbono se mantuvieron estables, se registró una disminución notable en el colágeno presente en las muestras que fueron sometidas a escaneo. Este hallazgo sugiere que la microtomografía computarizada tiene un impacto significativo en los fósiles que albergan trazas de colágeno, lo que podría comprometer la viabilidad de estas muestras para análisis posteriores.
Los descubrimientos de este estudio ponen en tela de juicio la percepción inicial de la microtomografía computarizada como un método no destructivo. La disminución del colágeno en los fósiles escaneados indica que esta técnica, aunque innovadora, puede tener consecuencias perjudiciales que no se habían considerado previamente. Para abordar este problema, los investigadores sugieren la creación de directrices estrictas que minimicen la exposición de los fósiles a los rayos X y recomiendan la difusión abierta de datos para evitar la repetición de escaneos sobre el mismo ejemplar. Este planteamiento procura no solo la protección de los fósiles actuales, sino también una mejor comprensión de nuestra historia evolutiva compartida.










