Microscopía Gallega: Explorando el Mundo Invisible

Desde sus costas, Galicia no solo ofrece paisajes impresionantes, sino que también revela un universo microscópico fascinante que reside en sus ...
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Desde sus costas, Galicia no solo ofrece paisajes impresionantes, sino que también revela un universo microscópico fascinante que reside en sus aguas. Para entender la magnitud de este mundo oculto, es crucial poner en contexto una pequeña cantidad de agua: 50 microlitros. Aunque parezca insignificante y comparable a una sola gota de agua de mar, este volumen en realidad encierra una biodiversidad asombrosa. En nuestros cálculos, esta diminuta muestra podría albergar hasta 100,000 bacterias y una multitud aún mayor de virus, revelando así que cada gota es un ecosistema en miniatura repleto de vida.

Las aguas de la ría de Vigo, reconocidas por su riqueza natural, son un claro ejemplo de cómo lo microscópico puede ocultar una diversidad impresionante. Investigaciones recientes han documentado que las bacterias, un grupo fundamental de este ecosistema, se manifiestan en diferentes especies en elevadas concentraciones. Entre ellas destacan los oceanospirillales y vibrionales, que no solo son esenciales para el reciclaje de nutrientes, sino que también desempeñan un papel vital en la producción de oxígeno y el mantenimiento del equilibrio de los ciclos del carbono y nitrógeno en el océano.

En esta diminuta gota gallega, los virus marinos emergen como los actores más prolíficos, con estimaciones que varían de 50,000 a 500,000 partículas virales. Aunque su presencia escapa a la vista, estos organismos son esenciales para la regulación de las poblaciones bacterianas y para mantener el equilibrio en el ecosistema. A pesar de su importancia, los mejillones que filtran el agua de la ría apenas retienen virus en sus tejidos, lo que indica que estos pequeños agentes permanecen predominantemente en la columna de agua, listos para jugar su papel en esta compleja red de vida.

No podemos pasar por alto la impresionante familia de los protistas, que incluye a las diatomeas, consideradas algunas de las especies más intrigantes de nuestro universo microscópico. Estas pequeñas maravillas del océano son responsables de la producción de gran parte del oxígeno que todos respiramos. En la ría de Vigo, la abundancia de diatomeas como Navicula y Pseudo-nitzschia no solo contribuye a la salud del ecosistema, sino que también plantea desafíos, ya que algunas pueden producir toxinas nocivas que afectan a los mejillones cultivados en las bateas gallegas.

Por último, la comprensión de este enigmático universo microscópico se ha visto alcanzada gracias a los avances en biotecnología, en particular mediante técnicas de análisis genético que permiten identificar especies sin necesidad de cultivarlas en laboratorio. Esta tecnología, conocida como metabarcoding de ADN, ha revolucionado la forma en que abordamos la biodiversidad, ofreciendo una visión global de los habitantes microscópicos de una gota de agua. Así, estas investigaciones son cruciales no solo para entender la interdependencia de los organismos en la ría, sino también para preservar su riqueza biológica y garantizar la sostenibilidad de la biodiversidad gallega.

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