Mantás refrescantes: el secreto de la comodidad térmica

TikTok ha demostrado ser un fervoroso catalizador de tendencias virales, convirtiendo productos ordinarios en auténticos fenómenos de ...
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TikTok ha demostrado ser un fervoroso catalizador de tendencias virales, convirtiendo productos ordinarios en auténticos fenómenos de masas. Recientemente, las mantas refrescantes han captado la atención del público, desatando un frenesí de visualizaciones y comentarios. Estas mantas, supuestamente capaces de mantener a raya el calor ambiental gracias a unas propiedades especiales, han sido objeto de numerosos vídeos donde influenciadores envuelven su cuerpo en estos tejidos, asegurando que absorben el calor corporal. Un destacado video de SlashGear resalta las diferencias de temperatura entre una manta convencional y una refrescante, mostrando una disminución notable de hasta 6 °C en la superficie de esta última. Sin embargo, la comunidad científica advierte sobre la importancia de profundizar en las propiedades físicas de estos productos antes de llegar a conclusiones definitivas.

La disminución de temperatura observada en las mantas refrescantes al ser expuestas al sol se debe principalmente a los materiales sintéticos de los que están hechas, como el nailon o el polietileno modificado. Estos tejidos poseen propiedades que les permiten reflejar más eficientemente la radiación solar y calentarse menos en comparación con el algodón. Sin embargo, este enfriamiento superficial no se traduce necesariamente en una experiencia de frescor prolongada al estar en contacto con la piel humana, ya que la conductividad térmica juega un papel crucial. Aunque muchos usuarios reportan una sensación de frescor al comienzo, esta tiende a desvanecerse rápidamente, generando críticas en foros donde se comparte la decepción tras los primeros minutos de uso.

El fenómeno del equilibrio térmico es fundamental para entender por qué las mantas refrescantes pierden su efecto rápidamente. Una vez que estas mantas absorben el calor corporal, el tejido alcanza un estado de equilibrio en el que deja de enfriar. Si la ventilación es escasa o la temperatura ambiental es elevada, la manta pierde su capacidad refrescante. En contraste, hay mantas que utilizan materiales avanzados que pueden mantener un gradiente térmico más prolongado gracias a registros de enfriamiento mejorados. Estos productos innovadores emplean principios de la física para optimizar su rendimiento y confort.

La clave para las mantas que realmente funcionan radica en una comprensión básica de la física térmica: el cambio de fase. Este fenómeno se refiere a la capacidad de ciertos materiales, como los que se conocen como PCM (Materiales de Cambio de Fase), para absorber grandes cantidades de calor durante la transición de estado sin elevar su temperatura. La aplicación de estos PCM en mantas puede ofrecer una experiencia de frescor más duradera al mantenerse a temperaturas ideales para el confort humano. Este tipo de tecnología ya está llegando al mercado, con alternativas que prometen ofrecer un alivio térmico efectivo, aunque no de manera mágica.

Los avances en la tecnología de materiales han permitido que los ‘cubitos invisibles’ sean más que solo un concepto de ciencia ficción. Estas innovaciones están apareciendo en una variedad de productos textiles, incluyendo ropa deportiva y artículos de cama. Marcas como Outlast Technologies, que surgieron de colabores con agencias como la NASA, están liderando el camino en la utilización de microcápsulas de PCM en sus productos. Mientras el sector sigue experimentando y evolucionando, el enfoque no solo está en la eficacia de estos materiales, sino también en su accesibilidad y sostenibilidad. Aunque el efecto de las mantas refrescantes puede no ser eterno, son un paso hacia un verano más tolerable y cómodo.

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