Si en el futuro se recibe una invitación para participar en una hipotética misión a Marte, los astronautas deberán equiparse adecuadamente, y un elemento que no debe faltar en la maleta son unas bermudas. Aunque la idea de disfrutar del verano en el planeta rojo es intrigante, la experiencia no será similar a la que se vive en la Tierra. Marte presenta estaciones que, aunque son causadas por el mismo fenómeno de inclinación axial que en nuestro planeta, tienen una duración y condiciones climáticas notoriamente distintas. Así, un año marciano equivale a aproximadamente 687 días terrestres, lo que significa que las estaciones en Marte también extienden por mucho más tiempo, un factor que hay que tener en cuenta a la hora de decidir el vestuario adecuado.
En Marte, las variaciones de temperatura son extremas, y pueden oscilar entre los -153 °C durante las noches invernales y hasta 20 °C en la parte más calurosa del día durante el verano marciano. Estas temperaturas extremas son el resultado de la órbita excéntrica del planeta y su fina atmósfera, que impide una regulación térmica efectiva. Por lo tanto, aunque llevar unas bermudas puede parecer apropiado para el verano, también es crucial incluir un buen abrigo en la lista de equipaje. La preparación adecuada será esencial para enfrentar los desafíos climaticos que presenta el entorno marciano.
Pero, ¿por qué tenemos estaciones en la Tierra? Existe una creencia común de que estas estaciones se originan en la distancia del planeta al Sol. Sin embargo, el fenómeno es más complicado. Durante el afelio, cuando la Tierra está más alejada del Sol, el hemisferio norte experimenta el verano, mientras que en el perihelio, donde la Tierra está más próxima, se vive el invierno. Esto se debe a la inclinación del eje de rotación de la Tierra, que actualmente es de 23 grados, 26 minutos y 9,75 segundos. Sin esta inclinación, los rayos del sol incidirían de manera uniforme en la Tierra, y no experimentaríamos las estaciones que conocemos.
Un histórico descubrimiento sobre el movimiento de los cuerpos celestes fue realizado por Abd Al-Rahman Al Sufi en el siglo X. Este astrónomo observó que todas las estrellas en el cielo parecían moverse en relación a una estrella que permanecía fija, la Estrella Polar. Este fenómeno se debe a la inclinación del eje de rotación de la Tierra, que en la actualidad apunta hacia esta estrella, lo que provoca la ilusión de un movimiento radial de las constelaciones en el firmamento. Esta observación fue fundamental para entender no solo la rotación de nuestro planeta, sino también la naturaleza del cosmos.
A medida que exploramos más allá de la Tierra, encontramos que otros planetas también experimentan estaciones, aunque varían significativamente en duración y severidad. Marte, con una inclinación de 25 grados, 12 minutos, tiene estaciones similares a las de la Tierra, mientras que Saturno y Neptuno tienen inclinaciones mayores. Urano, sin embargo, presenta un caso único, con su eje de rotación casi paralelo a su órbita, resultando en estaciones extremas que duran hasta 21 años terrestres cada una. Durante estos períodos, un hemisferio queda iluminado constantemente mientras el otro vive en oscuridad perpetua, ofreciendo un fascinante contraste con las experiencias estacionales que conocemos en la Tierra.









