Las nuevas generaciones, especialmente los nacidos entre 2010 y 2025, viven en un contexto digital completamente diferente al de sus predecesores. Estos jóvenes, comúnmente conocidos como Generación Alfa, socializan de formas innovadoras, siendo los videojuegos altamente interactivos una parte fundamental de sus relaciones interpersonales. En este ecosistema digital, la plataforma Roblox ha emergido como un espacio clave, especialmente entre los usuarios más jóvenes, donde aproximadamente el 60% de sus integrantes tienen entre 9 y 16 años. Con una base de usuarios que supera los 80 millones a nivel global y siendo el entorno digital preferido para los niños en España de entre 4 y 15 años, Roblox representa tanto oportunidades como riesgos significativos para sus jóvenes usuarios.
Roblox se define como una plataforma multijugador que permite a los usuarios crear y experimentar una vasta diversidad de minijuegos, desde emocionantes desafíos de parkour hasta aventuras en mazmorras. Sin embargo, a pesar de su potencial para fomentar la creatividad y la diversidad, se han reportado preocupaciones alarmantes en torno a la seguridad de su contenido. La falta de regulación adecuada deja a los menores expuestos a experiencias inapropiadas y peligrosas, como los llamados ‘condos’, espacios dentro del juego donde se exhiben contenidos sexuales de manera explícita, a menudo disfrazados para eludir los sistemas de control establecidos por la plataforma.
La proliferación de los ‘condos’ pone de manifiesto el lado oscuro de la red social, donde las interacciones pueden convertirse en trampas para depredadores sexuales. El caso del YouTuber Schelp ilustra este problema, ya que este influencer fue bloqueado en Roblox tras intentar desenmascarar a los acosadores, lo que plantea cuestionamientos sobre la efectividad de las políticas de privacidad y los mecanismos de denuncia en la plataforma. Schelp utilizaba estrategias de interacción similares a las que los acosadores emplean para acercarse a los menores, destacando la necesidad urgente de redes de seguridad más robustas dentro de estos entornos virtuales.
El fenómeno del grooming, que implica la manipulación de jóvenes a través de interacciones aparentemente inofensivas, se convierte en un riesgo cada vez mayor en plataformas como Roblox. Estudios muestran que muchos de los acosadores tienen edades comprendidas entre 28 y 35 años, lo que subraya la necesidad de una vigilancia constante. El impacto psicológico de estas experiencias puede ser devastador para las víctimas, por lo que es fundamental que la comunidad educativa y los padres estén preparados para reconocer y actuar contra estos peligros, promoviendo una alfabetización digital que los empodere frente a estos riesgos.
Con la inclusión de controles parentales y el uso potencial de inteligencia artificial, se están explorando nuevas formas de proteger a los menores en entornos digitales. Desarrollos en tecnologías de procesamiento del lenguaje podrían ayudar a identificar y detener comportamientos abusivos en tiempo real. Asimismo, la integración de bots vigilantes dentro de los juegos podría servir como una primera línea de defensa contra el acoso, permitiendo identificar conductas inapropiadas. No obstante, mientras las plataformas continúan evolucionando, persiste la incertidumbre acerca de cómo equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los usuarios más vulnerables, un dilema que tendrá repercusiones significativas en la manera en que experimentamos el mundo digital.