Los expertos idearon una nueva tecnología que permitirá reutilizar en mayor medida el poliestireno.
Una investigación liderada por Humberto Palza, académico del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales, FCFM de la Universidad de Chile, propone una nueva forma de reutilizar y reducir los desechos plásticos.
De acuerdo con un comunicado de la casa de estudios, el estudio que propone este nuevo método tomó 2 años de desarrollo y demostró que una nueva tecnología llamada “pirólisis catalítica”, traerá grandes avances a la economía circular.
Los científicos se centraron en el poliestireno (PS), un tipo de plástico polímero que se utiliza mayormente en envases de yogures o helados que también es muy resistente y de “amplia versatilidad”, explicó Palza.
“Nosotros quisimos enfocarnos en el PS, no solo porque era desafiante desde el punto de vista tecnológico y científico, sino porque cuando lo estudiamos multidisciplinariamente logramos grandes cosas“, añadió el experto, que de hecho es uno de los especialistas en polímeros más citados del mundo.
¿En qué consiste el nuevo método para reducir plásticos?
Su trabajo en cuestión, mostró que sometiendo el poliestireno a temperaturas entre 400 y 600°C en un ambiente libre de oxígeno, es posible lograr un “craqueo” o rotura en la cadena polimérica “y generamos así moléculas más pequeñas, en particular estireno (materia prima de gran uso industrial), las que posteriormente pueden ser reutilizadas en otros materiales“, detalló.
El experto también consideró que, en Chile, se producen aproximadamente unas 26.000 toneladas de residuos de PS, poco más del peso de la estructura del Costanera Center. “De ello una ínfima parte es re-integrada a procesos circulares. Hasta el momento faltaban tecnologías eficientes para tratarlo y reciclarlo, nosotros hemos cambiado ese statu quo tecnológico”.
Por otro lado, de implementarse esta tecnología, tendría un importante valor público, puesto que en Chile las toneladas de plásticos que no se reciclan son enviadas a vertederos y un 32% de estas llegan a los océanos, donde ya se está formando una mancha gigante de basura plástica. Además, la industria no recupera el valor económico de la producción de estos residuos.
Sin embargo, se espera que este modelo cambie en los próximos años, debido a la promulgación de la Ley REP que estableció que para el 2030 “la industria deberá valorizar anualmente al menos un 45% de los residuos de envases y embalajes de PS”. Es por ello que, propuestas como las de Palza, podrían aportar a estos cambios.